23 abr 2009

'QUERIDO JULIO...'

He querido, intencionadamente, dejar pasar un poco de tiempo desde que nos dejaste para irte con el Padre Eterno, para escribir estas líneas que salen desde el corazón. Que nos hayas dejado de esa manera tan repentina como lo has hecho, te habrá dejado un mal sabor de boca, porque sabes la gran pena que has dejado en todos los que te queremos, que somos muchos y sobre todo en tu familia, pero Dios te ha llamado a su lado y tú como buen cristiano te has ido con ÉL.
Nadie podía esperar que Cristo Rey te llamará tan pronto a su lado, a pesar de tu enorme amor y devoción hacia Él, pero los deseos de Dios no los puede comprender la mente humana y solo nuestra FE en Él hace que podamos seguir adelante.
Pero Cristo Rey ha querido llevarte a su lado, porque seguro que le harías falta para alguna otra cosa y tú, sin rechistar, como siempre que te hemos pedido algo, atendiste la llamada de Él y te fuiste a su lado y con su Santísima Madre la Virgen de la Estrella.
En estos días, que han ido pasando lentamente para todos y que tanto te hemos echado de menos en la Hermandad y sobre todo tu familia (Cati y Nuria, Andrés, Javier…) y tus amigos, (Juan Carlos, Guillermo, Jesús, Alfonso…) no he podido dejar de pensar en ti y en la vida que hemos compartido juntos.
Desde que entramos en el Colegio San José, creo recordar que con siete años, hemos estado casi siempre juntos en muchas aventuras y hemos compartido ilusiones, trabajo, juegos, amores de juventud, deportes, amistad, Hermandad, devociones, muchos momentos ‘muy especiales’ que siempre hemos recordado y añorado con enorme ilusión y ternura.
Sé que me apreciabas de una manera especial, y también a mi familia. Lo mismo que nosotros, (Chica, Javier, Lolo y Carlos) sentíamos por ti, porque siempre has sido una persona buena, simpática, agradable, sencilla, amable, cordial, llena de amistad y cariño, que desbordabas por tu cuerpo, no sólo para nosotros, sino para todos los que te conocían.
Ahora, en el cielo, al lado de Cristo Rey y María de la Estrella, te habrás encontrado con nuestro común amigo, querido y recordado Fernando, y como le decía a él cuando nos dejó, te habrás sumado a esa partidita de dominó que habrán organizado en el cielo en cuanto ten ha visto llegar. Además me imagino las parejas: tú y Fernando, haciendo una; y la otra, formada por Rogelio y Juan Sánchez Bea; Juan Pedro Betanzos, sentado al lado contemplando la partida y riéndose a pierna suelta de las ‘travesuras’ de Fernando con las fichas; y a vuestro lado Manolito Mesa, que tanto nos quería a todos los de nuestra Hermandad.
Julio, te echamos mucho de menos todos, pero aunque estemos con mucho dolor, estamos tranquilos y esperanzados porque tenemos FE y creemos en Dios y en su RESURRECCIÓN, y desde el cielo tú nos vas a echar una mano a todos; a tu familia, a tus hermanos de Junta de Gobierno; a la Hermandad; a tus amigos y en definitiva a todos los que nos acordamos de ti porque siempre te llevaremos en el corazón. Hasta siempre Julio. Recibe un fuerte abrazo en Cristo Rey de tu amigo,

Manuel Serrano Jiménez

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