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EVANGELIO DEL DOMINGO
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Bautismo del Señor
13 de Enero 2013
Lc 3,15-16.21-22
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El pueblo estaba a la expectativa y todos se preguntaban si Juan no sería el Mesías; él tomó la palabra y les dijo: "Yo os bautizo con agua, pero viene uno que es más fuerte que yo, y no merezco desatar la correa de sus sandalias; él os bautizará con Espíritu Santo y fuego.
Todo el pueblo se hacía bautizar, y también fue bautizado Jesús. Y, mientras estaba orando, se abrió el cielo y el Espíritu Santo descendió sobre él como una paloma. Se oyó entonces una voz del cielo: "Tú eres mi Hijo muy querido, en amado, el predilecto.
INICIAR LA REACCIÓN
El Bautista no permite que la gente lo
confunda con el Mesías. Conoce sus límites y los reconoce. Hay alguien más
fuerte y decisivo que él. El único al que el pueblo ha de acoger. La razón es
clara. El Bautista les ofrece un bautismo de agua. Solo Jesús, el Mesías, los "bautizará
con el Espíritu Santo y con fuego".
A juicio de no pocos observadores, el mayor
problema de la Iglesia es hoy "la mediocridad espiritual". La Iglesia
no posee el vigor espiritual que necesita para enfrentarse a los retos del
momento actual. Cada vez es más patente. Necesitamos ser bautizados por Jesús
con su fuego y su Espíritu.
Estos últimos años ha ido creciendo la
desconfianza en la fuerza del Espíritu, y el miedo a todo lo que pueda
llevarnos a una renovación. Se insiste mucho en la continuidad para conservar
el pasado, pero no nos preocupamos de escuchar las llamadas del Espíritu para
preparar el futuro. Poco a poco nos estamos quedando ciegos para leer los
"signos de los tiempos".
Se da primacía a certezas y creencias para robustecer la fe y lograr una
mayor cohesión eclesial frente a la sociedad moderna, pero con frecuencia no se
cultiva la adhesión viva a Jesús. ¿Se nos ha olvidado que él es más fuerte que
todos nosotros? La doctrina religiosa, expuesta casi siempre con categoría
premodernas, no toca los corazones ni convierte nuestras vidas.
Abandonado el aliento renovador del
Concilio, se ha ido apagando la alegría en sectores importantes del pueblo
cristiano, para dar paso a la resignación. De manera callada pero palpable va
creciendo el desafecto y la separación entre la institución eclesial y no pocos
creyentes.
Es urgente crear cuanto antes un clima más
amable y cordial. Cualquiera no podrá despertar en el pueblo sencillo la
ilusión perdida. Necesitamos volver a las raíces de nuestra fe. Ponernos en
contacto con el Evangelio. Alimentarnos de las palabras de Jesús que son
"espíritu y vida".
Dentro de unos años, nuestras comunidades
cristianas serán muy pequeñas. En muchas parroquias no habrá ya presbíteros de
forma permanente. Qué importante es cuidar desde ahora un núcleo de creyentes
en torno al Evangelio. Ellos mantendrán vivo el Espíritu de Jesús entre
nosotros. Todo será más humilde, pero también más evangélico.
A nosotros se nos pide iniciar ya la
reacción. Lo mejor que podemos dejar en herencia a las futuras generaciones es
un amor nuevo a Jesús y una fe más centrada en su persona y su proyecto. Lo
demás es más secundario. Si viven desde el Espíritu de Jesús, encontrarán
caminos nuevos.
ORACION
Para la revisión de vida
ü Hoy es el
primer domingo del “tiempo ordinario”; se acabaron los “tiempos fuertes” de la
liturgia del adviento y la navidad; vuelve la vida ordinaria... Un adagio
clásico de ascética decía: “in ordinariis, non ordinarius”, para expresar la
meta de quien quiere ser santo (‘extraordinario’) en las cosas ordinarias, en
la vida diaria... Al comenzar el “tiempo ordinario” debemos renovar nuestro
deseo de vivir “extraordinariamente”.
Para la oración de los fieles
v Para que todos
los hombres y mujeres, sean de la religión que sean, acepten y fomenten el
Amor, la Justicia y el Derecho, roguemos al Señor...
v Por todos los
seguidores de Jesús, para que se distingan siempre –como el Mesías en el que
creen- por su amor a la paz, a la concordia, a la justicia y al derecho...
v Para que
aprendamos de todos los hombres y mujeres, de cualquier religión, que han
descubierto el imperativo absoluto de los derechos humanos, que vienen a ser
“derechos divinos”...
v Para que todos
renovemos nuestro bautismo: nuestra decisión de seguir a Jesús y comprometernos
con su proyecto mesiánico de “implantar el Derecho en el mundo”...
v Para que la
Iglesia resuelva de la mejor manera posible la problemática inherente a la
pastoral del bautismo de niños...
Oración comunitaria
Dios Padre nuestro, que en
el bautismo de Jesús lo has proclamado como tu “Hijo muy amado, el predilecto”;
te suplicamos nos cobijes bajo su nombre y nos concedas conformarnos cada día
más cercanamente a su imagen, haciendo nuestra su Causa y prosiguiendo su
misión de ser “luz de las naciones” y de “implantar el Derecho en la tierra”.
Te lo pedimos por el mismo Jesucristo nuestro Señor...
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