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EVANGELIO DEL DOMINGO
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20 de Enero 2013
2º DOMINGO T.0. (C)
Juan 2, 1-12
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Lectura de la
Buena Noticia según San
Juan
Tres días después se celebraron unas
bodas en Caná de Galilea, y la madre de Jesús estaba allí.
Jesús también fue invitado con sus discípulos.
Jesús también fue invitado con sus discípulos.
Y como faltaba vino, la madre de Jesús le
dijo: "No tienen vino".
Jesús le respondió: "Mujer, ¿qué
tenemos que ver nosotros en esto? Mi hora no ha llegado todavía". Pero su
madre dijo a los sirvientes: "Haced todo lo que él os diga".
Había allí seis tinajas de piedra
destinadas a los ritos de purificación de los judíos, que contenían unos cien
litros cada una.
Jesús dijo a los sirvientes: "Llenad
de agua estas tinajas". Y las llenaron hasta el borde.
"Sacad ahora, agregó Jesús, y llevad
al encargado del banquete". Así lo hicieron.
El encargado probó el agua convertida en
vino y como ignoraba su origen, aunque lo sabían los sirvientes que habían
sacado el agua, llamó al esposo y le dijo: "Siempre se sirve primero el
buen vino y cuando todos han bebido bien, se trae el de inferior calidad. Tú,
en cambio, has guardado el buen vino hasta este momento".
Este fue el primero de los signos de
Jesús, y lo hizo en Caná de Galilea. Así manifestó su gloria, y sus discípulos
creyeron en él.
UN GESTO POCO RELIGIOSO
"Había una boda en Galilea". Así comienza este relato en
el que se nos dice algo inesperado y sorprendente. La primera intervención
pública de Jesús, el Enviado de Dios, no tiene nada de religioso. No acontece
en un lugar sagrado. Jesús inaugura su actividad profética "salvando"
una fiesta de bodas que podía haber terminado muy mal.
En aquellas aldeas pobres de Galilea, la
fiesta de las bodas era la más apreciada por todos. Durante varios días,
familiares y amigos acompañaban a los novios comiendo y bebiendo con ellos,
bailando danzas festivas y cantando canciones de amor.
El evangelio de Juan nos dice que fue en
medio de una de estas bodas donde Jesús hizo su "primer signo",
el signo que nos ofrece la clave para entender toda su actuación y el sentido
profundo de su misión salvadora.
El evangelista Juan no habla de
"milagros". A los gestos sorprendentes que realiza Jesús los llama
siempre "signos". No quiere que sus lectores se queden en lo que
puede haber de prodigioso en su actuación. Nos invita a que descubramos su
significado más profundo. Para ello nos ofrece algunas pistas de carácter
simbólico. Veamos solo una.
La madre de Jesús, atenta a los detalles de
la fiesta, se da cuente de que "no les queda vino" y se lo
indica a su hijo. Tal vez los novios, de condición humilde, se han visto
desbordados por los invitados. María está preocupada. La fiesta está en
peligro. ¿Cómo puede terminar una boda sin vino? Ella confía en Jesús.
Entre los campesinos de Galilea el vino era
un símbolo muy conocido de la alegría y del amor. Lo sabían todos. Si en la
vida falta la alegría y falta el amor, ¿en qué puede terminar la convivencia?
María no se equivoca. Jesús interviene para salvar la fiesta proporcionando
vino abundante y de excelente calidad.
Este gesto de Jesús nos ayuda a captar la
orientación de su vida entera y el contenido fundamental de su proyecto del
reino de Dios. Mientras los dirigentes religiosos y los maestros de la ley se
preocupan de la religión, Jesús se dedica a hacer más humana y llevadera la
vida de la gente.
Los evangelios presentan a Jesús
concentrado, no en la religión sino en la vida. No es solo para personas
religiosas y piadosas. Es también para quienes se han quedado decepcionados por
la religión, pero sienten necesidad de vivir de manera más digna y dichosa.
¿Por qué? Porque Jesús contagia fe en un Dios en el que se puede confiar y con
el que se puede vivir con alegría, y porque atrae hacia una vida más generosa,
movida por un amor solidario.
ORACION
Para la revisión de vida
ü El evangelio de
Juan presenta la vida de Jesús como
una progresiva sucesión de «signos» que él va entregando. Su vida es donación
de sí mismo como "señal". ¿Es así mi vida? ¿Soy señal para los demás?
¿Sé, como Jesús, ser señal del Reino de Dios en medio de las realidades
sencillas y diarias, en mi trabajo comunidad o familia… o sólo lo encuentro en
el recinto de lo separado, de lo sagrado? ¿Qué debo hacer para parecerme más a
Jesús?
Para la oración de los fieles
v Para que
estemos abiertos a percibir las "señales" dispersas que nos remiten
más allá de nosotros mismos y de nuestras limitaciones, hacia una Presencia
mayor, misteriosa pero real, roguemos al Señor.
v Por los
jóvenes, para que descubra cada uno su "hora", el llamado de Dios a
hacer de su vida una aventura personal de amor y de entrega al proyecto de convertir
el agua de la tristeza, el egoísmo y la violencia en vino de alegría para toda
la humanidad…
v Para que
sepamos relacionarnos con las cosas sencillas de la vida diaria, como con
"señales" que nos hablan en un lenguaje diferente, que nos llevan al
encuentro con nosotros mismos, con los hermanos, y con Dios…
v Por todos los
matrimonios, para que vivan con alegría su donación generosa en el amor, que
cada día ha de inventar creativamente formas nuevas de decir y vivir su verdadero
amor…
Oración comunitaria
Dios de todos los pueblos, que de muchas maneras te has comunicado desde siempre con la Humanidad. Para nosotros, ha sido Jesús la gran "señal" que nos ha permitido acceder a ti. Te pedimos que abras nuestros ojos, ilumines nuestra mente, e inflames nuestro corazón, para que también nosotros seamos para los demás señal de amor y de alegría, de esperanza y de agradecimiento. Hasta que un día nos reunamos todos en tu presencia, nuestro hogar definitivo, contigo, Tú que vives y haces vivir por los siglos de los siglos. Amén.
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