7 dic 2013

COMO CADA DOMINGO TRAEMOS EL EVANGELIO PARA LA LECTURA, OPRACIÓN Y REFLEXIÓN DE NUESTROS HERMANOS





PALABRAS DE VIDA

EVANGELIO DEL DOMINGO


8 Diciembre 2013


2º Adviento (A)


Mateo 3, 1-12

Lectura de la Buena noticia según San Mateo
Por aquel tiempo, Juan Bautista se presentó en el desierto de Judea, predicando: -«Convertíos, porque está cerca el reino de los cielos.» Éste es el que anunció el profeta Isaías, diciendo: «Una voz grita en el desierto: "Preparad el camino del Señor, allanad sus senderos." Juan llevaba un vestido de piel de camello, con una correa de cuero a la cintura, y se alimentaba de saltamontes y miel silvestre. Y acudía a él toda la gente de Jerusalén, de Judea y del valle del Jordán; confesaban sus pecados; y él los bautizaba en el Jordán. Al ver que muchos fariseos y saduceos venían a que los bautizará, les dijo: -« ¡Camada de víboras!, ¿quién os ha enseñado a escapar del castigo inminente? Dad el fruto que pide la conversión. Y no os hagáis ilusiones, pensando: "Abrahán es nuestro padre", pues os digo que Dios es capaz de sacar hijos de Abrahán de estas piedras. Ya toca el hacha la base de los árboles, y el árbol que no da buen fruto será talado y echado al fuego. Yo os bautizo con agua para que os convirtáis; pero el que viene detrás de mí puede más que yo, y no merezco ni llevarle las sandalias. Él os bautizará con Espíritu Santo y fuego. Él tiene el bieldo en la mano: aventará su parva, reunirá su trigo en el granero y quemará la paja en una hoguera que no se apaga.»
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RECORRER CAMINOS NUEVOS (J.A Pagola)
 Por los años 27 o 28 apareció en el desierto del Jordán un profeta original e independiente que provocó un fuerte impacto en el pueblo judío: las primeras generaciones cristianas lo vieron siempre como el hombre que preparó el camino a Jesús.
Todo su mensaje se puede concentrar en un grito: “Preparad el camino del Señor, allanad sus senderos”. Después de veinte siglos, el Papa Francisco nos está gritando el mismo mensaje a los cristianos: Abrid caminos a Dios, volved a Jesús, acoged el Evangelio.
Su propósito es claro: “Busquemos ser una Iglesia que encuentra caminos nuevos”. No será fácil. Hemos vivido estos últimos años paralizados por el miedo. El Papa no se sorprende: “La novedad nos da siempre un poco de miedo porque nos sentimos más seguros si tenemos todo bajo control, si somos nosotros los que construimos, programamos y planificamos nuestra vida”. Y nos hace una pregunta a la que hemos de responder: “¿Estamos decididos a recorrer los caminos nuevos que la novedad de Dios nos presenta o nos atrincheramos en estructuras caducas, que han perdido capacidad de respuesta?“.
Algunos sectores de la Iglesia piden al Papa que acometa cuanto antes diferentes reformas que consideran urgentes. Sin embargo, Francisco ha manifestado su postura de manera clara: “Algunos esperan y me piden reformas en la Iglesia y debe haberlas. Pero antes es necesario un cambio de actitudes”.
Me parece admirable la clarividencia evangélica del Papa Francisco. Lo primero no es firmar decretos reformistas. Antes, es necesario poner a las comunidades cristianas en estado de conversión y recuperar en el interior de la Iglesia las actitudes evangélicas más básicas. Solo en ese clima será posible acometer de manera eficaz y con espíritu evangélico las reformas que necesita urgentemente la Iglesia.
El mismo Francisco nos está indicando todos los días los cambios de actitudes que necesitamos. Señalaré algunos de gran importancia. Poner a Jesús en el centro de la Iglesia: “una Iglesia que no lleva a Jesús es una Iglesia muerta”. No vivir en una Iglesia cerrada y autorreferencial: “una Iglesia que se encierra en el pasado, traiciona su propia identidad”. Actuar siempre movidos por la misericordia de Dios hacia todos sus hijos: no cultivar “un cristianismo restauracionista y legalista que lo quiere todo claro y seguro, y no halla nada”. “Buscar una Iglesia pobre y de los pobres”. Anclar nuestra vida en la esperanza, no “en nuestras reglas, nuestros comportamientos eclesiásticos, nuestros clericalismos”.

DISCERNIMIENTO, DIÁLOGO Y ORACION
 Para la revisión de vida
ü  Juan nos prepara para definirnos frente a Jesús; esa definición implica un cambio en mi vida, ¿qué es lo que debo cambiar? ¿Es recto o torcido el camino por donde avanzo? ¿Por qué?
ü  Juan es la antítesis de la sociedad de su tiempo; es decir, no se amoldó cómodamente a las maneras de ser y de pensar de sus contemporáneos, ¿cómo me comporto yo en el ambiente en que vivo? ¿Hay algo de anuncio-denuncia en mi manera de ser y de transmitir el mensaje?
Para la reunión de grupo
ü  Retomemos el himno de Isaías 11,1-8, y confrontemos el mensaje de este himno con la realidad que vive nuestra comunidad. Pensemos qué acciones podemos emprender para que se vaya dando ese ideal de armonía entre las personas, hombres y mujeres y resto de la creación.
Para la oración de los fieles
v Por nuestros grupos y comunidades, células de la Iglesia, para que fieles a la misión que nos corresponde seamos capaces de anunciar valientemente el evangelio en todos los lugares.
v Por los que trabajan por la paz, la justicia y la prosperidad: para que descubran en su empeño el proyecto de Dios revelado en Jesús.
v Por las comunidades cristianas de todas las confesiones: para que mientras esperamos la venida de nuestro salvador realicemos obras de amor, justicia y fraternidad.
v Por todos nosotros para que este tiempo de adviento haga resonar en nuestros corazones las palabras de Juan que nos preparen de verdad a celebrar la llegada de Jesús.
 
Oración comunitaria
Dios Padre-Madre que nos entregas todo tu amor; haz que nuestras palabras y obras muestren siempre nuestra disposición al amor y la reconciliación; aleja de nosotros toda actitud de discordia, egoísmo y violencia, y haz que el adviento que celebramos nos fortalezca en la construcción de “otro mundo” posible, que tú nos propones ayudarte a crear. Nosotros te lo pedimos por Jesús de Nazaret, hijo tuyo, hermano y maestro nuestro. Amén.

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