7 sept 2013

COMO CADA DOMINGO, TRAEMOS EL EVANGELIO PARA LA LECTURA, ORACION Y REFLEXIÓN DE NUESTROS HERMANOS




EVANGELIO DEL DOMINGO

8 de Septiembre de 2013
XXIII DOMINGO TIEMPO ORDINARIO (C)
Lucas, 14, 25-33


+Lectura de la  Buena Noticia según San Lucas
Junto con Jesús iba un gran gentío, y él, dándose vuelta, les dijo:
“Cualquiera que venga a mí y no me ame más que a su padre y a su madre, a su mujer y a sus hijos, a sus hermanos y hermanas, y hasta a su propia vida, no puede ser mi discípulo.
El que no carga con su cruz y me sigue, no puede ser mi discípulo.
¿Quién de ustedes, si quiere edificar una torre, no se sienta primero a calcular los gastos, para ver si tiene con qué terminarla? No sea que una vez puestos los cimientos, no pueda acabar y todos los que lo vean se rían de él, diciendo: ’Este comenzó a edificar y no pudo terminar’.
¿Y qué rey, cuando sale en campaña contra otro, no se sienta antes a considerar si con diez mil hombres puede enfrentar al que viene contra él con veinte mil? Por el contrario, mientras el otro rey está todavía lejos, envía una embajada para negociar la paz.
De la misma manera, cualquiera de ustedes que no renuncie a todo lo que posee, no puede ser mi discípulo.
Palabra del Señor.

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COMENTARIO

    
Para ser cristiano, la Iglesia exige en realidad muy poco. Se bautiza a los niños recién nacidos y apenas se exige nada a sus padres; todo lo más, la asistencia a unas charlas preparatorias del acto del bautismo y un vago compromiso de actuar en cristiano educando al niño según la ley de Dios y los mandamientos de la Iglesia. Sin embargo, esto no era así al principio. Para ser discípulo, Jesús ponía unas duras condiciones, que llevaban a quien quería serlo a pensárselo seriamente. Pocos seríamos cristianos, si para ello tuviéramos que cumplir las tres condiciones que, llegado el caso, Jesús exige a sus discípulos. Y digo llegado el caso, porque estas tres formulaciones del evangelio de hoy que vamos a comentar son “formulaciones extremas”; representan la meta utópica que no debemos perder de vista, estando dispuestos a alcanzarla en el seguimiento de Jesús.
Por la primera (Si uno quiere venirse conmigo y no me prefiere a su padre y a su madre, a su mujer y a sus hijos, a sus hermanos y hermanas, y hasta a sí mismo, no puede ser discípulo mío), el discípulo debe estar dispuesto a subordinarlo todo a la adhesión al maestro. Si en el propósito de instaurar el reinado de Dios, evangelio y familia entran en conflicto, de modo que ésta impida la implantación de aquél, la adhesión a Jesús tiene la preferencia. Jesús y su plan de crear una sociedad alternativa al sistema mundano están por encima de los lazos de familia.
Por la segunda (Quien no carga con su cruz y se viene detrás de mí, no puede ser discípulo mío) no se trata de hacer sacrificios o mortificarse, que se decía antes, sino de aceptar y asumir que la adhesión a Jesús conlleva la persecución por parte de la sociedad, persecución que hay que aceptar y sobrellevar como consecuencia del seguimiento. Por eso no es necesario precipitarse, no sea que prometamos hacer más de lo que podemos cumplir. El ejemplo de la construcción de la torre que exige hacer una buena planificación para calcular los materiales de que disponemos o del rey que planea la batalla precipitadamente, sin sentarse a estudiar sus posibilidades frente al enemigo, es suficientemente ilustrativo.
La tercera condición (todo aquel de ustedes que no renuncia a todo lo que tiene no puede ser discípulo mío) nos parece excesiva. Por si fuera poco dar la preferencia absoluta al plan de Jesús y estar dispuesto a sufrir persecución por ello, Jesús exige algo que parece esta por encima de nuestras fuerzas: renunciar a todo lo que se tiene, Se trata, sin duda, de una formulación extrema que hay que entender. El discípulo debe estar dispuesto incluso a renunciar a todo lo que tiene, si esto es obstáculo para poner fin a una sociedad injusta en la que unos acaparan en sus manos los bienes de la tierra que otros necesitan para sobrevivir. El otro tiene siempre la preferencia. Lo propio deja de ser de uno, cuando otro lo necesita. Sólo desde el desprendimiento se puede hablar de justicia, sólo desde la pobreza se puede luchar contra ella. Sólo desde ahí se puede construir la nueva sociedad, el reino de Dios, erradicando la injusticia de la tierra.
Para quienes quitamos con frecuencia el aguijón al evangelio y nos gustaría que las palabras y actitudes de Jesús fuesen menos radicales, leer este texto resulta duro, pues el Maestro nazareno es tremendamente exigente.
No en vano el libro de la Sabiduría formula hoy a modo de interrogante la dificultad que tiene conocer el designio de Dios y comprender lo que Dios quiere. Será necesario para ello recibir de Dios sabiduría y Espíritu Santo desde el cielo para adecuar nuestra vida a la voluntad de Dios manifestada por Jesús. Necesitamos ciertamente esa ayuda del cielo para ir contra corriente y tener la capacidad de renuncia total que pide el evangelio y a la que debemos estar dispuestos, llegado el caso. Pero esto que en el evangelio se nos propone como exigencias radicales de Jesús hoy no es tanto el comienzo del camino, sino la meta a la que debemos aspirar, aquello a lo que debemos tender, si queremos seguir a Jesús. Tal vez no lleguemos nunca a vivir con esa radicalidad las exigencias de Jesús, pero no debemos renunciar a ello, por más que nos encontremos a años luz de esa utopía.
  
ORACION DE LOS FIELES
1.- Por el Papa Francisco, para que el Señor lo llene de la sabiduría que viene de lo alto, para guiar la Iglesia.
OREMOS AL SEÑOR
2.- Por los gobernantes del mundo, para que en sus decisiones siempre prime el respeto y la libertad de los hijos de Dios, sobre todo de los más pobres y necesitados.
OREMOS AL SEÑOR
3.- Para que el Señor nos de la sabiduría para ver su divina voluntad, en los acontecimientos de nuestras vidas y la de nuestros hermanos.
OREMOS AL SEÑOR
4.- Por los enfermos de nuestra Hermandad, para que en nuestro auxilio vean al Señor que los visita para llevarles paz y consuelo.
OREMOS AL SEÑOR
5.- Por nuestro párroco, y por el Hermano Consiliario,  para que el Señor, les asista siempre con la sabiduría, para conocer la voluntad de Dios y sean siempre pastor con olor a oveja.
OREMOS AL SEÑOR
6.- Por las intenciones de nuestra Hermandad, para que el Señor las atienda conforme a su santa voluntad y les dé a todos nuestros hermanos, su salud espiritual y corporal.
OREMOS AL SEÑOR
7.- Por todos nosotros reunidos en este dia del Señor, para que siempre estemos dispuesto a dejarlo todo para seguirlo.
OREMOS AL SEÑOR
Escucha Dios Padre Nuestro, las peticiones que te hemos dirigido y las que quedan en nuestros corazones. Te lo pedimos por Jesucristo, tu Hijo y Nuestro Señor, que vive y reinas contigo en la unidad del Espíritu Santo, por los siglos de los siglos.
Amen.

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