EVANGELIO DEL DOMINGO
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2 de Diciembre 2012
35º DOMINGO T.0. (B)
Lucas 21, 25-28. 34-36
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I Domingo de Adviento
EVANGELIO DEL DOMINGO 30 DE NOVIEMBRE DE 2012
Lectura del santo Evangelio según
san Lucas
Lucas 21,
25-28. 34-36 Se
acerca vuestra liberación
“Habrá signos en el sol, en la luna y en las
estrellas, y en la tierra los pueblos se angustiarán ante el estruendo del mar
y la violencia de las olas. Los hombres se desmayarán de miedo por lo que le
ocurrirá al mundo, porque los astros se tambalearán. Entonces se verá al Hijo
del hombre venir en una nube, con poder y gloria. Cuando comience a suceder
esto, animaos y levantad la cabeza, porque se acerca vuestra liberación. Tened
cuidado de no dejaros confundir por los excesos, la embriaguez y las preocupaciones
de la vida, para que ese día no os sorprenda, porque caerá como una trampa
sobre todos los habitantes de la tierra. Estad prevenidos y orad sin cesar para
quedar a salvo de todo lo que ha de pasar. Así podréis manteneros en pie ante
del Hijo del hombre.”
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Análisis
Comienza
el Adviento. ¿Tengo miedo de encontrarme con Jesús interior y exteriormente?
¿Confío en Dios?
¿Vivo
con coherencia mi cristianismo? ¿Me ocupan y agobian cosas secundarias?
¿Rezo
con frecuencia? Si me mantengo en presencia de Dios es más fácil estar alerta.
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Interiorización
Participa en la Eucaristía dominical.
Primer objetivo de este Adviento: fijarme un rato de oración
diaria y profunda.
En silencio, piensa en un compromiso personal sobre la Palabra del
Señor para vivirlo durante la próxima semana.
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Expresión
Padre bueno, empezamos de nuevo el Adviento con nuestras
limitaciones, debilidades y fallos, pero con ganas renovadas de reemprender el
camino que nos lleva hacia Ti. Nos acordamos que, al igual que hace siglos enviaste
a tu Hijo Jesús para encontrarte de manera definitiva con nosotros, cada día
debemos tener la ilusión de una nueva vida, porque todos los días Él viene a
visitarnos. No dejes que tengamos miedo, ni siquiera ante lo que desconocemos o
nos sorprende, y ayúdanos a ser hijos dignos de Ti y dignos hermanos del
prójimo. Amén.
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