"Todo en las cofradías chorrea solera. De ahí que se cuenten por siglos la historia de muchas de ellas. Pero ese no quita para que, con el paso del tiempo, vayan naciendo otras que también alcanzarán gloriosa vejez, ‘tachonadas’ de acontecimientos importantes que serán reflejados con todo género de detalles en la propia historia de la Hermandad y, también, de la ciudad donde digamos ‘vinieran’ al mundo. ¡Cuánto me gustaría tener espacio suficiente para comentar con detalles cuánto ha ido ocurriendo en esos veinticinco años de vida e historia! Un cuarto de siglo en la Hermandad de la Por-Vera, “jardín de infancia de los cofrades Jerezanos”
Querido Manolo:
Lamentamos no poder contar ya con tu presencia física, pero sabemos que contamos siempre con tu apoyo y aprecio, y ahora estés donde estés, con tu eterno aliento vital.
Estas palabras tuyas entresacadas y publicadas en el Boletín informativo de la Hermandad con motivo de las Bodas de Plata del Ciclo en el año 2003, recogen de forma sintetizada el cariño que siempre nos has dispensado en tus largos ríos de tintas, en las diferentes publicaciones, primero en ‘La Voz del Sur’ y posteriormente en el ‘Diario de Jerez’.
Recuerdos de aquellas frías noches de otoño, con la cartita adjuntando el recién publicado programa de actos, primero en la calle Bizcocheros, luego en la Plaza de las Angustias y por último en la calle Patricio Garvey. Todas nuestras peticiones fueron atendidas. Tú no solamente recogías nuestra carta y la transformabas en noticia en el diario, sino que tuvimos la suerte de contar con tus sabios consejos.
Treinta años han pasado. Cuando llegaba el otoño, ¡Manolo se echaba a temblar!, y con su salero escribía “Llega el otoño y con él, los actos en honor a Cristo Rey. Estos jóvenes no se cansan y me inundan de noticias, de actos en honor de la Festividad de su Titular”. Cierto Manolo que no tuvimos compasión, pero tu siempre nos comprendiste y en el fondo fuiste parte cómplice de llegar hasta donde hemos llegado. Y hoy, queremos darte las gracias D. Manuel, por tu colaboración en la difusión del Ciclo a lo largo de estos años. Gracias.
Después de una larga jornada de trabajo en Cádiz, precisamente tú me llamabas cariñosamente el hoy ‘gaditano’ Abelardo. Llego a casa y me quedo sorprendido con la noticia de tu marcha junto al Padre, en las páginas de ‘Cofrademanía’. Sé positivamente que este año, en la celebración del LX aniversario de la Fundación de nuestra Hermandad, cuando llegue noviembre y por consiguiente los actos de Cristo Rey, desde allí arriba y con la vieja ‘’Olivetti’ nos enviarás tu nueva columna: “Desde el Cielo” una crónica celestial de todo lo que esté aconteciendo en la Festividad de Nuestro Titular y con un especial cariño, como siempre, a la Donación de Sangre.
Conociéndote bien, seguro, que ya estás haciendo tus pesquisas y gestiones para ver coronada muy pronto a Nuestra Señora de la Estrella, la Reina de los Lasalianos, ya que siempre te revelaste con un 'Amor infinito' a todo lo relacionado con la obra de los Hijos de San Juan Bautista de la Salle.
¡Don Manuel! Siempre te recordaremos con un agradecimiento infinito. El hecho de que una persona de tu prestigio tuviera, no solamente la paciencia de atendernos, sino de darnos sabios consejos cuando solamente éramos un jovenzuelos de dieciocho años, bien merece este modesto homenaje. Desde estas líneas, el recuerdo a un amigo y eterno cronista. ETERNAMENTE AGRADECIDOS. DESCANSE EN PAZ, DON MANUEL. (N.H.D. Abelardo Escudero Torres)
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