Articulo
publicado en el Boletín de la Hermandad, original de Francisco José Pozo
Partida, que ha servido como base para la convocatoria de este año de 2015 del capataz
del Paso de Palio para los costaleros del mismo.
"Recuerdas,
¿cuando era tan solo un niño y me ponía a jugar con el antifaz azul del tito
Manolito, ese mismo que llevan cientos de nazarenos delante tuya cada Domingo
de Ramos, esos que se apelotonan delante tuya en Tornería y crean un infinito
mar de capirotes azules?...
Recuerdas, ¿cuándo alzaba los ojos desde mi carrito
de bebé y trataba de alcanzarte con mis manos?...
Recuerdas, ¿cómo fui creciendo en ese colegio que
aunque sea también de La Salle parece que esta a mil kilómetros de ti? ¿ como
crecí envidiando a todos esos niños que corren aun hoy por la Escuela?...
¡Ay, Madre! Pero llegó el día que pude ponerme frente
a ti, el día de querer ser uno de esos que cada Domingo de Ramos te elevan al
cielo de Jerez, ser como con el tiempo aprendí “los pies de la Virgen”. ¿Lo
recuerdas, Madre?...
Y llegó el día de tu Igualá, y yo… con los nervios de
cuando vas a besar por primera vez, con los nervios de un niño que entra en el
colegio y sabe que se hace mayor, con los nervios que sigo sintiendo cada vez
que me pongo frente a Ti…¿recuerdas, Madre?.
Y allí estaban los que hoy siento como hermanos míos…
quien iba a pensar ese día que iba a ser participe de algunos de los días mas
importantes de sus vidas… ¿recuerdas la tensión que se vivía ese día, Madre? Si
parecía un Domingo de Ramos…
Después de charlar con algún que otro aspirante como
yo, Lolo nos dijo que pa’ dentro, que iba a empezar la Igualá.
Allí estaban tus costaleros, los de ahora y los de
siempre, los costaleros de Cristo Rey, hermanos de la Hermandad que querían
vivir ese día debajo tuya, y luego por ultimo gente como yo que no éramos nada
de lo anterior pero teníamos la misma ilusión que todos ellos. ¿Recuerdas sus
rezos ese día por entregarte todo su cariño como costaleros, Madre?
Fue avanzando la Igualá, y llegó un momento un pelín
más delicado… y es que resulta que uno de tus Hijos se encontraba enfermo en el
Hospital, nuestro Miguel Ángel, esa persona tan atenta y tan cariñosa conmigo…
¿Cómo iba a saber yo que me tenias algo preparado?
¿Cómo iba a saber yo que su sitio lo tenias reservado para mi, Madre? ¿Por qué
yo?...
Lolo me dijo que me acercara, me midió y me dijo:
“¿Sabes lo difícil de la situación no? ¿Sabes que puedes ensayar y que el mismo
día de salida no puedas pasear a la Virgen? Todo depende si Miguel Ángel se
recupera.”
Yo tan solo asentí con la cabeza y acepte, pero tenia
muchísima responsabilidad.
Madre, haciendo una breve pausa a esta conversación,
cuida siempre de Álvaro Gaona, le debo parte de todo esto que estoy viviendo ya
que él convenció a Lolo para que diese una oportunidad a alguien que venia de
la calle.
Y llegaron los días de ensayo, el conocer a mis
compañeros, y de verdad Madre, no pudiste elegir mejor a tus Hijos… Recuerdo
como me recibieron y me dieron un sitio que nunca imaginaría.
Y por fin, 2 de Junio de 2012, vaya momentos que viví
ese día… me hiciste el regalo más grande del mundo en forma de revirá, pétalos
y sones de música.
Pasó el verano, y volvimos a encontrarnos de nuevo…
esta vez sí, esta vez tenia la tranquilidad de que yo era uno de esos “pies de
la Virgen”.
Ensayos, convivencias, risas, nuevos amigos…
Y mi primer Domingo de Ramos, un día especial… era mi
cumpleaños.
Madre, como pudiste callarte ese secretillo que me
tenían preparado mis hermanos… gracias a todos por esa tarta.
Pude vivir la ilusión de nuevo que tiene todo niño el
Domingo de Ramos, en el patio se mezclaba el azul y blanco con las palmas y
cirios, con el olor a incienso, con el olor a azahar… era un día diferente al
resto del año.
Pero a pesar de todo eso, yo sufría en mi interior
una pena muy grande… seguro que lo recuerdas, Madre…Gracias por interceder y
ayudar a mi amigo Carlos con el adiós a su madre.
Y lo mismo este año pasado, los mismos nervios, la
misma ilusión, nuevos compañeros…pero Madre, esta vez estoy aquí por otro
motivo…
Me marcho. Me voy lejos de ti.
Supongo que esto ya lo sabias, te lo pedí con fuerzas
cada noche… y te doy gracias por ayudarme…
Madre, cuida de mis amigos, de mi familia, de mi gente,
pero en especial de mis padres… yo no estaré cerca para poder hacerlo.
Pero ¡eh!, no te pongas triste Madre… te prometo que
el 29 de marzo a las 17:30 estaré bajo tu manto…
Gracias por darme los mejores años de mi vida, y
recuerda Madre… siempre serás mi guía al Cielo."
Francisco José Pozo Partida
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