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EVANGELIO DEL DOMINGO
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21 Abril 2013
4º DOMINGO DE PASCUA DE
RESURRECCION (C)
Juan, 10, 27-30
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+Lectura de la Buena Noticia según San Juan
Dijo Jesús: - «Mis ovejas escuchan mi voz, y yo las
conozco, y ellas me siguen, y yo les doy la vida eterna; no perecerán para
siempre, y nadie las arrebatará de mi mano. Mi Padre, que me las ha dado,
supera a todos, y nadie puede arrebatarlas de la mano del Padre. Yo y el Padre
somos uno.»
ESCUCHAR Y
SEGUIR A JESÚS
Era invierno. Jesús andaba paseando por el
pórtico de Salomón, una de las galerías al aire libre, que rodeaban la gran
explanada del Templo. Este pórtico, en concreto, era un lugar muy frecuentado
por la gente pues, al parecer, estaba protegido contra el viento por una
muralla.
Pronto, un grupo de judíos hacen corro
alrededor de Jesús. El diálogo es tenso. Los judíos lo acosan con sus
preguntas. Jesús les critica porque no aceptan su mensaje ni su actuación. En
concreto, les dice: "Vosotros no creéis porque no sois de mis
ovejas". ¿Qué significa esta metáfora?
Jesús es muy claro: "Mis ovejas
escuchan mi voz, y yo las conozco; ellas me siguen, y yo les doy la vida
eterna". Jesús no fuerza a nadie. Él solamente llama. La decisión de
seguirle depende de cada uno de nosotros. Solo si le escuchamos y le seguimos,
establecemos con Jesús esa relación que lleva a la vida eterna.
Nada hay tan decisivo para ser cristiano
como tomar la decisión de vivir como seguidores de Jesús. El gran riesgo de los
cristianos ha sido siempre pretender serlo, sin seguir a Jesús. De hecho,
muchos de los que se han ido alejando de nuestras comunidades son personas a
las que nadie ha ayudado a tomar la decisión de vivir siguiendo sus pasos.
Sin embargo, ésa es la primera decisión de
un cristiano. La decisión que lo cambia todo, porque es comenzar a vivir de
manera nueva la adhesión a Cristo y la pertenencia a la Iglesia: encontrar, por
fin, el camino, la verdad, el sentido y la razón de la religión cristiana.
Y lo primero para tomar esa decisión es
escuchar su llamada. Nadie se pone en camino tras los pasos de Jesús siguiendo
su propia intuición o sus deseos de vivir un ideal. Comenzamos a seguirle
cuando nos sentimos atraídos y llamados por Cristo. Por eso, la fe no consiste
primordialmente en creer algo sobre Jesús sino en creerle a él.
Cuando falta el seguimiento a Jesús,
cuidado y reafirmado una y otra vez en el propio corazón y en la comunidad
creyente, nuestra fe corre el riesgo de quedar reducida a una aceptación de
creencias, una práctica de obligaciones religiosas y una obediencia a la
disciplina de la Iglesia.
Es fácil entonces instalarnos en la
práctica religiosa, sin dejarnos cuestionar por las llamadas que Jesús nos hace
desde el evangelio que escuchamos cada domingo. Jesús está dentro de esa
religión, pero no nos arrastra tras sus pasos. Sin darnos cuenta, nos
acostumbramos a vivir de manera rutinaria y repetitiva. Nos falta la
creatividad, la renovación y la alegría de quienes viven esforzándose por
seguir a Jesús.
DISCERNIMIENTO, DIÁLOGO
Y ORACION
Para
la revisión de vida
ü A casi todos Dios nos ha concedido una
parcela de vida que debemos cuidar. ¿Soy “buen pastor” de las personas
que tengo a mi cargo o bajo mi responsabilidad (en la familia, en el trabajo o
desempleo, en mis relaciones sociales.)?
Para
la oración de los fieles
v Para que la comunidad cristiana mundial
se abra hoy a los nuevos "gentiles", los hombres y mujeres de tantas
otras religiones que también buscan a Dios; para que afrontemos decididamente
el tema y la práctica del diálogo interreligioso, roguemos al Señor.
v Por todos los que ejercen en las
comunidades cristianas un ministerio “pastoral”, de atención a los demás; para
que lo hagan como ejercicio del amor que sirve y se entrega, y nunca como un
ejercicio de poder o dominio.
v Para que la comunidad cristiana revise y
adecue los ministerios eclesiales a la situación del mundo actual, así como la
comunidad cristiana primitiva tuvo creatividad para ordenarlos según sus necesidades
y las exigencias de la evangelización de entonces.
v Para que sean muchos los y las jóvenes
que descubran la llamada de Dios a entregar su vida al servicio de la
comunidad, y para que las comunidades encuentren cauces adecuados de pastoral
vocacional
v Para que la mujer alcance en la Iglesia el
puesto que le corresponde.
v Por nuestros pequeños círculos de los que
cada uno de nosotros somos pastores de las personas que están a nuestro cargo: Hermanos,
alumnos, profesores, hijos, ancianos, enfermos, trabajadores, roguemos al
Señor.
Oración
comunitaria
Dios Padre nuestro, que enviaste a tu Hijo Jesús como Buen Pastor que dio su vida
por las ovejas: te pedimos nos des muchos pastores según tu corazón, para que,
animados por el ejemplo de Jesús, conduzcan a tu pueblo con decisión por los
nuevos caminos que los tiempos actuales requieren. Por J.N.S.
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