Ante la ya iniciada tramitación parlamentaria de la nueva Ley de "Salud Sexual y Reproductiva y de Interrupción Voluntaria del Embarazo", esta Ilustre y Lasaliana Hermandad no tiene más remedio que alzar su voz para informar y formar la conciencia de sus hermanos, y de todas las personas de buena voluntad contra lo que entendemos, por derecho divino y natural un crimen abominable.
Destruir una vida humana no puede servir como excusa o moneda de cambio para la defensa de un supuesto derecho exclusivo de la mujer a decidir sobre su hijo. Con este proyecto de ley, lo que se viene a culminar es la transformación en un derecho –por la mera voluntad política- de lo que hasta ahora es, simple y llanamente, un delito tipificado y castigado por nuestro vigente Código Penal. La Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal ya nos ha recordado que ”El Estado que otorga la calificación de derecho a algo que, en realidad, es un atentado contra el derecho fundamental a la vida, pervierte el elemental orden de racionalidad que se encuentra en la base de su propia legitimación”.
Entendemos, con los debidos respetos, que aunque ciertamente las situaciones en las que una mujer puede verse envuelta ante un embarazo no deseado pueden acarrearle graves inconvenientes, ello no puede justificar en ningún momento la eliminación del más inocente, el hijo concebido y no nacido, a quien se le priva del derecho a nacer. No olvidemos que incluso nuestra legislación civil, contiene previsiones de carácter sucesorio para el hijo concebido y aún no nacido, el ‘nasciturus’.
Creemos, en consecuencia, que son precisamente los poderes públicos y sociales los que han de establecer los cauces y medidas necesarias para servir de ayuda y apoyo –económico, formativo, social y psicológico- a aquellas mujeres que puedan verse afectadas gravemente, con riesgos incluso de exclusión, por el hecho de quedar encinta.
Nuestra cofradía, como institución cristiana no puede permanecer impasible ante tal proyecto de ley, máxime cuando nuestro propio conjunto iconográfico pasional representa la Entrada de Jesús en Jerusalén rodeado de niños, y sobre todo cuando nuestra verdadera vocación cofrade y lasaliana entronca ontológica y decididamente con los niños, como preferidos del Reino de los Cielos. Las filas de nuestro cortejo nazareno, están repletas de niños que apoyados en su palma acompañan a Cristo Rey y a Nuestra Señora de la Estrella por las calles de nuestra ciudad. Otros niños, que serán víctimas del aborto, no tendrán nunca la oportunidad de hacerlo y, es ahí, donde nuestra voz debe alzarse alta y clara con el lema de este Ciclo Cristo Rey 2009: ¡Siempre al lado de la Vida!
Por todo ello este ciclo de este año, en su parte nuclear, estará dedicado a analizar desde una triple perspectiva la problemática del aborto: jurídica, psicológica y médica, de tal manera que nuestros hermanos puedan tener los datos suficientes para manifestarse en el orden temporal con conocimiento de causa, acerca de la verdadera trascendencia de un acto tan inhumano como el del aborto.
En definitiva, sólo queremos servir de voz de una manera especial a aquéllos concebidos no nacidos que nunca tendrán la oportunidad de revestirse de nazareno de ‘La Primera’ un glorioso Domingo de Ramos, tomar y agitar su rubia palma en el cielo de Jerez y acompañar a Cristo Rey en su Entrada Triunfal en Jerusalén. Se lo debemos.
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